Cada vez somos menos

En numerosos diarios y televisiones estos últimos días hemos podido ver la noticia: Más muertes que nacimientos. Parece que nos encontramos ante una crisis demográfica, y cada vez nos pensamos más el hecho de tener hijos. Nos dibujan un futuro negro, sin niños y sin nadie que pueda garantizar nuestras pensiones.

Y si solamente se está produciendo una revolución en reproductiva? Hace unos años la mortalidad era muy alta, los niños que nacían no tenían una esperanza de vida tan larga ni eran tan productivos como ahora. Hoy en día los padres se vuelcan en el cuidado de sus hijos y las mujeres se han liberado de esa obligación reproductora que hace unas décadas nos perseguía.

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Hoy en día lo importante no es la cantidad sino la calidad, se prefiere tener un hijo y cuidar de el en plenitud y no tener 3 para no poder ofrecerles todo lo necesario, o incluso más.

Pau Miret, sociólogo investigador de la UAB considera que el problema no es la baja natalidad, sino al diferencia entre el número de hijos que se tiene (1,3) y el número de hijos que se querría tener (2). Hay un deseo insatisfecho fruto de la crisis, de los problemas de fertilidad y la imposibilidad de pagar un tratamiento de fertilidad o de la poca conciliación con el trabajo que no deja a las parejas de la actualidad acabar de satisfacer sus deseos de ser padres.

Una sociedad que de verdad se preocupa de la demografía de su país no debería preocuparse de quien pagara las pensiones, sino de que esas personas tengan empleo. Difícilmente una sociedad sin trabajo ayudara a pagar pensiones.