La inseminación artificial (IA) es una técnica simple y la primera alternativa para las mujeres que tienen dificultades para quedarse embarazadas de manera natural. Es, por lo tanto, el método de fertilización asistida más utilizado. Consiste en depositar el semen del hombre en el tracto reproductor femenino, en general en el interior de la cavidad uterina, para ayudar a que el óvulo y los espermatozoides se junten y logren la fecundación.
¿Como funciona el proceso de inseminacion artificial? El tratamiento de la inseminación artificial consta de tres fases:
- Estimulación del ovario con hormonas para la inducción de la ovulación. si bien la IA puede aprovechar cualquier período natural de la mujer, y por tanto prescindir de la estimulación ovárica, esta lleva consigo el desarrollo de varios folículos que permiten disponer de más de un óvulo para ser fecundado de forma natural. Con esto aumentan en un 15% los riesgos de embarazos múltiples.
- Preparación del semen. El objetivo es seleccionar y concentrar los espermatozoides móviles, que son los más propicios para la fecundación. Se procesan las muestras, mediante técnicas llamadas «de lavado y capacitación», para eliminar del eyaculado detritus, restos celulares o espermatozoides muertos, inmóviles o lentos.
- Inseminación. el proceso propiamente dicho se realiza en las consultas y no resulta doloroso. Cuando el especialista ha detectado que los folículos están maduros, desencadena la ovulación tras inyectar un agente hormonal, la gonadotropina coriónica (HCG); al cabo de 36 horas, realiza la capacitación del semen del varón y la introducción en el útero de la mujer, lo más cerca posible de las trompas de Falopio, mediante una cánula especial. La mujer debe permanecer unos minutos en reposo. En general, el proceso dura entre 10 y 20 minutos.
Solo después de, al menos, dos semanas se podrá saber si el proceso ha resultado exitoso, con un análisis o un test de embarazo. Las estadísticas señalan que la tasa de gestación por cada ciclo ronda del 15% al 17%, mientras que el 35% de las mujeres que completan cuatro ciclos consiguen quedarse embarazadas.
Después del quinto intento, las estadísticas caen de manera exponencial. Por ello, si tras cinco ciclos no se logra el resultado buscado, es posible que el especialista recomiende algún otro método.