Llevamos varios años escuchando que el exceso de higiene no es bueno para nuestra piel y la explicación es que el organismo dispone de unas substancias grasas que ayudan a retener su humedad. Estas substancias se llaman ceramidas y cuando escasean la piel se reseca y surge el picor y la descamación o lo que suele llamarse aspecto de piel de gallina.
La queratosis pilaris y la dermatitis atópica son genéticas y tienen base immunológica. Pese a que no suponen un riesgo para la salud, resultan bastante molestas para quien las sufre. En la mayoría de los casos cuesta encontrar productos que sean bien tolerados por la piel pero como norma general se recomienda evitar la sequedad de la piel, dar baños cortos evitando el agua muy caliente, utilizar productos sin parabenos y que recomiende un especialista y aplicar emolientes queratolíticos inmediatamente después del baño ( urea, ácido láctico, lactato de amonio, ácido salicílico o la combinación de ambos)
Por la afectación cosmética y la incomodidad que producen cada vez aparecen más personas acuden a la consulta del dermatólogo con estos problemas y se calcula que un 10% de los niños son diagnosticados por un dermatologo pedriatico.
Desde las clínicas de dermatologia pediatrica barcelona recomiendan seguir las pautas siguientes:
– Mantener las uñas de los niños bien cortas evitará que se hagan lesiones que empeoren la piel.
– Evitar el contacto con lana, plásticos, fibras sintéticas y las etiquetas de las prendas.
– Realizar un test alimentario o evitar en la medida de lo posible los alimentos que se sabe provocan el empeoramiento de eccemas: leche, huevos, cítricos, chocolate y cacahuetes.
– Evitar temperaturas extremas de aires acondicionados o calefacción.
– No excederse con la higiene ni usar productos con perfumes directamente sobre la piel.
– No exponerse al sol directo sin protectores uva. Se recomienda un factor 50.