La reproducción asistida está siendo una opción más que válida para todas aquellas mujeres/parejas que, por algún motivo, no consiguen quedarse embarazadas.
Las técnicas en reproducción asistida han avanzado mucho en los últimos años. Existen clínicas de fecundación in vitro, que garantizan unos muy buenos resultados si se opta por este tratamiento. También hay otras opciones, dependiendo de cada caso y paciente, como la inseminación artificial o la donación de óvulos.
Pero lo que nos preguntamos hoy es lo que pasa después, es decir, una vez que ya se ha conseguido el éxito gracias a estos tratamientos y se es mamá y papá. Cómo decirle a ese niño o niña de donde viene. Esta es una pregunta que todos los niños se han formulado alguna vez y es deber de los padres darles una respuesta sincera.
Lo más importante, y es algo que durante el tratamiento hay que dar ejemplo de ello, es el hecho de mostrar todo este procedimiento como algo natural. Realmente, se está buscando solución a un problema y con estas técnicas se puede conseguir. El factor más importante es querer formar una familia y tener ese sentimiento paternal desde el primer momento, así pues, que existan más o menos lazos genéticos no influye para nada en lo que queremos y en como lo expresamos. Eso es lo que hace crecer a los niños, sentirse queridos en el núcleo de la unidad familiar. Por lo tanto, no se debe esconder como han sido concebidos. Es algo natural y el niño debe saberlo.
Algunos expertos en psicología coinciden en que existen unas edades más adecuadas para explicarles todo esto a los niños, sería entre 4 a 6 años y los 10 y 12 años de edad. Este caso es similar al de los hijos adoptivos, es decir, que se recomienda informar a los niños cuanto antes mejor para que ellos crezcan siendo conscientes y puedan ir resolviendo dudas a medida que van creciendo y convirtiéndose en personas adultas.
Al fin y al cabo, lo que se pretende conseguir es reforzar los vínculos familiares y para ello es necesario ser sinceros y ser queridos.