Cada vez que aparece un caso como el de la alemana Annegret Raunigk se reabre el debate sobre la maternidad y las edades más adecuadas para traer un bebé al mundo.
La profesora alemana ya fue noticia en el año 2005 por traer al mundo una niña de forma natural y por lo que parece, no tiene suficiente con sus 13 hijos y 7 nietos.
Con 65 años y a punto de jubilarse no ha acabado de encontrar al hombre ideal y después de informarse Como funciona el proceso de inseminación artificial ha decidido eludir la Ley actual de su país que prohíbe esta practica en mujeres mayores de 40 años y abonar 21.000 Euros para que en Kiev acepten hacerle el tratamiento.
Annegret reconoce que no es un caso habitual pero que a ella los niños la rejuvenecen. Para ella no hay diferencia de edades ni condiciones y dice que cuando un centro técnicas reproducción asistida mujeres solteras somete a la mujer a la fecundación no debe ser importante la edad sino la capacidad de ser madre, una buena condición psicológica y el deseo de reproducirse por encima de cualquier otro tabú o alarma social.
Cualquier centro técnicas reproducción asistida esterilidad femenina realiza multitud de pruebas tanto físicas como psicológica y si los médicos han creído que es apta no valen las criticas.
Lo más sorprendente de este caso particular no es lo que ha tenido que pagar Anegret por el tratamiento sino el gasto que le ocasionará el próximo nacimiento de sus 4 bebés.
Para su sorpresa y la de los médicos, en su ecografía se ha descubierto que traerá al mundo a cuatrillizos.
El consejo de los médicos ha sido someterse a un aborto selectivo pero la mujer no podría estar más contenta y ha decidido seguir adelante con el embarazo.
Los hijos que hasta ahora tuvo fueron de forma natural y nunca tuvo problemas por lo que ahora dice estar maravillada con el regalo divino que ha recibido.
El ejemplo que deja esta señora y la experiencia que relata ayuda a que muchas otras mujeres solteras o con problemas de fertilidad se animen y quiten sus miedos a la hora de cumplir con sus deseos de ser madres y lo que sí queda claro es que cuando una mujer decide ser madre no hay ley ni hombre que se lo impida.
La naturaleza una vez más ganará la batalla frente a debates y polémicas entorno a estos temas tan personales.